Me dirijo a ti escribiéndote una carta de despedida antes de decirte adiós. Como suele ocurrir, nos vamos un poco antes de despedirnos. No sé cómo será para los demás pero yo suelo despedirme meses antes de irme, quizá años. Soy lenta, quizá demasiado… pero así funciono. Me cuesta irme de las cosas, dejarlas y olvidarlas. Esto último creo que solo ocurre cuando, aquello de lo que nos apartamos, no ha impactado nuestras vidas. Ojalá se pudiera dar vuelta de página sin más, sin pena ni daño. Pero no es así. Cada vuelta de página deja una cicatriz.
Me tengo que marchar de ti porque ya no te quiero. La verdad es que dejé de quererte hace mucho, te necesité y eso ya no es amor, es dependencia, esclavitud.
Lo nuestro empezó poco a poco, sin prisa. Lentamente, empecé a depender de ti para salir y enfrentar el mundo, para no comer demasiado, para refugiarme, para acallar el corazón cuando la tristeza me embargaba. Y siempre estabas. Nunca me defraudaste. Pero como cualquier amor enfermizo, la salud me fue fallando. Me empezaste a doler más de lo que me aliviabas. Ya no te disfrutaba. Fuiste mis muletas, mi coraza, mi adicción.
Me tengo que ir, como me he tenido que ir de otros amores. Me voy con la pena de un amor sin determinar, sin conclusión final, y llena de rencor hacia mi misma por no haberte podido abandonar antes.
Tengo miedo de enfrentarme a la vida sin ti. No sé si sabré caminar, pensar o hacer algo que no me recuerde a ti, porque te necesito. Pero no es excusa para seguir enganchada a ti, como no lo era cuando bebía. De eso ya hace años y apenas recuerdo la despedida, que fue doblemente dolorosa. Fueron dos las despedidas de entonces; de un hombre y del alcohol. De golpe y porrazo me vi sola. Puede ser que me resultara mas fácil entonces, era más joven y, además, cuando el dolor es tan profundo se vuelve tan sordo que casi se deja de sentir.
Te agradezco la compañía, mi vida, gracias. Pero me toca empezar a vivir de otra manera. Algo desnuda sin ti. Espero que no llegue nadie mas como tú a robarme la voluntad, la vida.
Tabaco, te abandono.
Suerte. Yo quiero tratar también. Un abrazote.
Espera, que primero me despido y luego digo adios! 😉 Ya te cuento!!! 😉 Como diarian aqui, tendrá que ser… pavo frio! lol!
oh wow! suerte amiga!!! besos!
Bueno, y cómo vas?
Todavía despidiendome!!!! 😉
Pingback: Las torpezas, los sueños y el olvido | SpanglishBeauty
Pingback: Las despedidas en un anden | SpanglishBeauty
Pingback: What’s the secret to slowing down aging skin? | SpanglishBeauty
Pingback: Toda torpeza tiene su consecuencia – On Life, Hope y todo lo demás…